lunes, 9 de febrero de 2009

Exposición Fernando Uhía.

La sensación antes de entrar al lugar es de mucha curiosidad. En el momento en el que ingresé, la sensación se modificó inmediatamente por una de temor, de miedo y un poco de suspenso. A un lado veía color y luz, al otro, veía ausencia de color y penumbra. A un lado silencio y en el otro ruido desesperante. Después de un momento de caminar por el lugar, el ensordecedor sonido se volvía normal, ya no incomodaba. Me había acostumbrado a escucharlo.

Las pinturas, me expresaron alegría a través de unos colores muy vivos. Generaban la sensación de seguridad a través de unas líneas muy rectas y perfectas. En algunas pensé que es el tipo de pintura que me gustaría tener en mi casa propia, porque me generan mucha tranquilidad y alegría.

Luego pasé al ambiente oscuro, lleno de grabadoras con lámparas. Leí que los sonidos eran películas de acción y al caminar traté de descifrar en cada una, el sonido específico. No pude hacerlo porque todo era un conjunto. Generaba un poco de temor, pero mi interpretación fue que era similar a todo el ruido cotidiano, al de la ciudad, los carros, y todo ese conjunto.

En conclusión, tuve la percepción de entrar a un doble ambiente, donde en uno sentía mucha tranquilidad y alegría, impactado un poco por el otro ambiente, en donde se sentía temor y desespero.

Alejandra Jiménez Peláez

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