La sensación antes de entrar al lugar es de mucha curiosidad. En el momento en el que ingresé, la sensación se modificó inmediatamente por una de temor, de miedo y un poco de suspenso. A un lado veía color y luz, al otro, veía ausencia de color y penumbra. A un lado silencio y en el otro ruido desesperante. Después de un momento de caminar por el lugar, el ensordecedor sonido se volvía normal, ya no incomodaba. Me había acostumbrado a escucharlo.
Las pinturas, me expresaron alegría a través de unos colores muy vivos. Generaban la sensación de seguridad a través de unas líneas muy rectas y perfectas. En algunas pensé que es el tipo de pintura que me gustaría tener en mi casa propia, porque me generan mucha tranquilidad y alegría.
Luego pasé al ambiente oscuro, lleno de grabadoras con lámparas. Leí que los sonidos eran películas de acción y al caminar traté de descifrar en cada una, el sonido específico. No pude hacerlo porque todo era un conjunto. Generaba un poco de temor, pero mi interpretación fue que era similar a todo el ruido cotidiano, al de la ciudad, los carros, y todo ese conjunto.
En conclusión, tuve la percepción de entrar a un doble ambiente, donde en uno sentía mucha tranquilidad y alegría, impactado un poco por el otro ambiente, en donde se sentía temor y desespero.
Alejandra Jiménez Peláez
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